Dueños, permisos y mambos siderales

Entendiendo chmod y chown en Linux (sin que los patitos rompan fila)

Y llegó el día en que intentaste abrir un archivo en Linux y te escupió un “permiso denegado” más seco que el corazón de tu ex . Bueno, amigui, eso es porque los archivos en Linux no son de cualquiera. Tienen dueño, grupo y reglas claras. Así que preparate para conocer a los dos patovas o pingüivicas que controlan el boliche: chmod y chown.

 

¿Quién manda acá? (chown)

Primero lo primero: el dueño del archivo. En Linux, cada archivo tiene un propietario (el user) y un grupo (como un equipo de fútbol, pero con menos gritos).

Con el comando chown, podés decirle a Linux:

“Che, este archivo ahora es de Pepito, y lo va a manejar el grupo desarrolladores”.

sudo chown pepito:desarrolladores archivo.txt

Así de simple. Pero ojo: si no sos root o no tenés sudo, te dice que no y se va a tomar un mate.

También podés cambiar solo el usuario:

sudo chown juana archivo.txt

O solo el grupo:

sudo chown :admins archivo.txt

Permisos: quién puede hacer qué (chmod)

Ahora que sabés quién manda, falta saber qué puede hacer cada uno. Acá entra chmod, el comando que pone las reglas de juego.

Los archivos tienen tres niveles de permisos:

  1. Dueño
  2. Grupo
  3. Otros (todos los demás, o sea, el populacho)

Y cada uno puede tener tres tipos de permisos:

  • r (read): leer el archivo
  • w (write): modificarlo ✍️
  • x (execute): ejecutarlo (sí, como si fuera un programa o script)

¿Y esas cifras raras como chmod
755
?

Ah, los famosos numeritos. Es como el pin de la tarjeta, pero para tu archivo.

Cada permiso tiene un valor:

  • r = 4
  • w = 2
  • x = 1

Y se suman. Por ejemplo:

  • 7 (4+2+1): lectura, escritura y ejecución
  • 5 (4+0+1): lectura y ejecución
  • 0: nada, ni noticias

Entonces chmod 755 archivo.sh significa:

  • Dueño: 7 (rwx)
  • Grupo: 5 (r-x)
  • Otros: 5 (r-x)

¡Listo el pollo! Solo el dueño puede editarlo, pero todos lo pueden ejecutar y leer. ¡Como una receta de empanadas compartida en el grupo del barrio!

¿Y si me equivoco?

Si le ponés chmod 000 a todo el sistema, Linux te va a mirar con cara de “¿y ahora qué querés que haga, flaco?” Así que usá estos comandos con cuidado. Siempre podés ver los permisos con:

ls -l

Y si necesitás volver a poner todo como antes, que no cunda el pánico: chmod y chown tienen su antídoto, pero es mejor prevenir que curar.


Manejar permisos en Linux no es magia negra, es convertirte en el rey de tu castillo: decidís quién entra, quién puede acercarse a la princesa y quién ni siquiera puede cruzar el puente levadizo.

Aprendé a usar chown y chmod y vas a tener el control total sobre tus archivos. Porque en Linux, el poder no lo tiene quien grita más fuerte, sino quien sabe usar los permisos.

 

Nos leemos en la próxima…

 

Tuxnauta.