La SAGA: Los problemas más comunes en la instalación de Linux: Codecs en Linux, qué son, para qué sirven y cómo instalarlos sin drama

La venganza de los codecs en Linux

A ver, pingüi, que esto no termina acá. En una entrega anterior, vimos cómo Linux y los codecs tienen una relación más complicada que la de Darth Vader vs. Obi-Wan Kenobi . Pero ahora, vamos a profundizar en el tema y a traer más herramientas para que no nos comamos el verso de estos bichos raros que quieren hacerse los pesados.

¿Qué son los codecs, en realidad?

Imaginate que los codecs en Linux son como los dialectos de un idioma. Cada formato de audio y video (MP3, MP4, AVI, etc.) tiene su propio dialecto, y los codecs son los que permiten que tu compu entienda esos dialectos. Sin ellos, tu reproductor se queda mudo o ciego. Los codecs son como esos amigos que saben armar bien la valija: te meten todo lo que necesitás sin que reviente la tapa, y encima cuando llegás al destino, te lo acomodan todo de nuevo como si nada.

El lado oscuro de los codecs

Muchos codecs son propiedad privada, algo parecido a un supervillano del entretenimiento digital: te dejan ver el tráiler, pero si querés la peli entera, ¡a pasar por caja! Pero Linux, que tiene alma de rebelde con causa y corazón de comunidad, no quiere que te choreen por ver un videíto. Por eso, algunas distros vienen con lo justo, como quien mete lo necesario para zafar en un viajecito rápido de finde. Y otras, como Ubuntu, te tiran la posta con los famosos “extras restringidos” (ubuntu-restricted-extras), que vendrían a ser como el paquete completo de poderes desbloqueados. Los instalás y listo: ya no te quedás a gamba cuando querés escuchar un tema, ver un gif con sonido, o revivir ese capítulo de Rick and Morty que te bajaste con amor.

Trucos y consejos para dominar los codecs

codecs en Linux R2D2

El poder de VLC: No hay con qué darle, VLC es un maestro Jedi del multimedia. Tiene tantos codecs integrados que parece que se entrenó en todos los templos de la galaxia. Le tirás un archivo raro y no se inmuta: lo abre como si usara la Fuerza. Es el Yoda de los reproductores: chiquito, humilde, pero con un poder que te vuela la peluca. Tenés un video bajado del Borde Exterior y no te lo abre nada? Antes de romper todo, probalo con VLC. Es libre, rápido, y te salva el día sin drama. Más confiable que R2-D2 hackeando puertas.

Los repositorios: Imaginate el Templo del software donde se guarda todo lo necesario para que tu sistema funcione y por supuesto muuuchos codecs en Linux. Algunas distros tienen repos oficiales, bien prolijo, donde todo está controlado y en orden. Pero también podés agregar repositorios de terceros, que son como esos contactos turbios de Han Solo: te pueden conseguir cosas piolas… o meterte un troyano imperial. ¡Ojo, pingüi! No te mandes a instalar cualquier cosa como si nada. Buscá repos seguros, recomendados por la comunidad rebelde, y que no te vendan humo sith disfrazado de update milagroso.

 

FFmpeg, tu lightsaber: Si sos de los que no le tienen miedo a la consola y se sienten como en casa tipeando comandos, entonces FFmpeg es tu sable láser. Esta herramienta es una joyita rebelde: convierte videos, extrae audio, cambia formatos, corta, pega, mezcla, y hasta revive archivos que se daban por perdidos en el Lado Oscuro. Es como tener a un cirujano multimedia, con comandos precisos para operar tus archivos con elegancia linuxera. Te deja todo prolijito, como si hubiera sido tocado por bendición binaria. Eso sí, tené cuidado: mal usado, puede dejar un video mutilado e irreconocible.

 

La comunidad: Si te topás con un codec raro, a no desesperar! En vez de caer en el consabido formateo, pasate por los foros y comunidades de Linux, que son como el Consejo Jedi: sabios, pacientes, y siempre dispuestos a darte una mano (incluso si es mecánica, como la de Luke). Seguro que alguien ya tuvo el mismo entrevero, lo resolvió, y dejó la posta escrita por ahí. Y si vos descubrís la solución para los codecs en Linux, no te la guardes porque un linuxero no es egoísta: compartila, que en la comunidad libre el conocimiento se dispersa más rápido que los rumores en la Estrella de la Muerte

 

No te calentés si al principio todo esto te suena a chino básico. Los codecs en Linux son un tema medio rebuscado, sí, pero con un poco de paciencia y práctica, los vas a terminar manejando expertamente (Sí, esta palabra existe! Ya me avisó la RAE).  Y acordate: siempre hay un linuxero dando vueltas en un foro, listo para darte una mano, explicarte todo con onda y hasta pasarte el comando mágico salvador.

Te leo siempre linuxero, espero tus líneas con mucha alegría!

Nos leemos en la próxima.

Tuxnauta.